Someday, everything will be...

Algún día, será el gran día.

Poder para discernir, alma para vivir.
Que no nos falle el sentimiento
De persona y comunidad;
Que no nos falle la coherencia, el valor, la exactitud.
Que no nos falle la armonía,
La no desesperación, la cordura,
El poder ser
Y la presencia.

Que no nos falle la garantía
De que no fallaremos;
Que no nos falle la esperanza de que un día
Dejaremos de repetirnos cuan bella es la vida
Para poder verla,
Traslúcida…
Andando los caminos,
Con los cabellos al viento.
Para verla resplandecer e iluminar,
Y la veremos hermosa
Sin necesidad de fe,
Sin necesidad de vivir en los colgajos de la espera
Sin necesidad…
Porque todo será escena.

Nos acostumbramos al mundo, y el mundo se acostumbra a saber como somos, y se vuelve agresivo porque así somos con el.

“…estas demasiado habituada al mundo. Completamente atrofiada (…) Te has acomodado bien dentro de la piel de ese conejo que acaba de ser sacado del negro sombrero de copa del universo. Y ahora pondrás las patatas a cocer, y luego leerás el periódico y después de media hora de siesta verás el telediario.”
(El mundo de Sofía – Gaarder)

Y a eso llamamos rutina. No es una cuestión de falta de criterios o de… “vagancia” si así puede llamarse…es cuestión de comodidad. Solo hace falta cambiar un cuadro de lugar para modificar la rutina, pero hacemos alabanza a la reina madre, regidora de nuestras horas y nuestros días, pocas veces rompemos los esquemas para hacer cosas insólitas, ni siquiera somos todos los que cuestionamos lo incuestionable.
No hace falta desplegar grandiosas tesis ni aventuras…solo es posible sabiendo que no somos maquinas, y la capacidad de asombro no debería perderse nunca. Solo por ya no tenerla, nos consideramos mas sabios que los chicos cuando muy “dulcemente” (cara irónica) viven preguntando el porque a cuanto bicho, cosa, sonido o pensamiento que se le cruza sin tambalear, sin dudar y sin pensar lo que el otro pensara de él por cuestionar lo incuestionable, solo por el hecho de que aceptan su condición, no saben de prejuicios y no conocen los axiomas de la sociedad en que los sumergieron, disfrutan teniendo curiosidades y no dudan en manifestarlo. Nosotros somos los que no caemos en la cuenta de que somos más ignorantes que ellos…por el solo hecho de pensar, que ya lo sabemos todo.
Pero sobre todo… que no nos falle la coherencia, para ser quien somos y quien decimos o creemos ser, al menos por lealtad propia, y así... En lealtad al mundo:

“quiero despertarme en un mundo agradable (…) ya no quiero dar lo que no tiene mas sentido”.

No es tan fácil de lograr como lo aparenta la redacción, pero si es posible encausar un camino, asumiéndolo, y renombrarlo con nuestro ser, para no perderlo de vista en las encrucijadas de la vida.